Después de un tiempo existiendo laboralmente sólo en el mundo virtual, la principal conclusión que voy obteniendo es que hay que organizarse muy bien y tener una voluntad férrea de seguir el plan, por que sino, se cae en un constante replanteamiento de las tareas y de los tiempos a dedicarlas.
Ya que se cuenta con flexibilidad, el peligro es abusar de ésta.
Y no solo esto implica la modificación constante de planes, también conlleva una sensación de no desconectar, puesto que en cualquier momento se puede tomar la tarea, se crea una sensación constante de trabajo pendiente que espera ahí mismo, en la habitación de al lado.
Otra labor a no perder de vista es cumplir con los compromisos sociales y de tareas ‘reales’ que se tengan establecidas. Por ejemplo asignar un día determinado para comer con los amigos, realizar una actividad deportiva en día y horas fijadas y concretas.
Todo esto ayuda a dotar de regularidad la situación.