Ahora es tan fácil tener a mano las películas que nos gustan, que podemos permitirnos el lujo de encontrar tan sólo escenas que nos interesen.
Es fácil recopilar aquellas escenas que nos impactaron. Muchas veces, de una película, con el paso del tiempo, nos quedan recuerdos de algunas escenas que por uno u otro motivo quedaron en nuestra retina o en nuestro oído de forma perdurable.
Así puedo tener a mano:
Las escenas de Caro diario, de Nani Moreti, en las que pasea por una Roma veraniega, con su Vespa al ritmo de la música.
O la escena en la que Robin Williams se sumerge en un paisaje de colores, de colores de temperas con los que se funde, en Mas allá de los sueños de Vincent Ward.
O cuando Jodie Foster llega a unas playas irreales de múltiples soles, en la película Contact (1997) de Robert Zemeckis.
Y para un agradable final, el de la Vida de Brian de los Monty Python.
O este otro momento freaky-hispano de la maravillosa Amanece que no es poco de José Luis Cuerda.
Son momentos, a veces imágenes, a veces imágenes y música, que se quedaron en mi memoria de forma nítida, agradable y perdurable.
¡Que gran ventaja poder recopilarlas en cuestión de minutos!