Estamos acudiendo impávidos a la exposición lujuriosa e impúdica de muchos de los personajes públicos que en teoría deberían ser ejemplo de acción y pensamiento.
Sarkozy. impunemente pasea su vida personal sin ningún tipo de complejo. No le importa lo más mínimo lucir su adquisición amatoria que lo le hace sentirse mas alto, mas guapo y mas poderoso. No le da vergüenza alguna lucir las riquezas que le ofrecen amigos millonarios, no le da vergüenza sentirse superior.
Berlusconi, no le da vergüenza en lo más mínimo expresar su machismo italiano, y la prepotencia de sentirse el más rico, el más poderoso. No le da vergüenza lucir sus operaciones de estética y sus rayos uva sin pudor (otro bajito, con aires de grandeza)
Zaplana, ahora hace un acto de contrición, pero no le da vergüenza lucir sus impecables trajes de marca y su bronceado permanente, y su pasado y presente en turbios negocios.
Sanchez Drago, no de la vergüenza, es mas le encanta, sentirse el centro del universo y hacer lo que le viene en gana, como contratar a su hija en su informativo que por fin abandona, en contratar a su gato como protagonista. En solicitar esponsors y publicidad propia para que le financien sus aventuras y gastos privados.
Me da vergüenza que en municipios donde la corrupción campa por su lares tan a gusto, sigan obteniendo votos los corruptos.
Lo que mas me fastidia de todo esto es que se llegue a asimilar como algo normal y corriente, que se impone como modelo de vida y lo que es peor que la gente hasta llega apoyarlo.
Lo peor es que la gente piensa que su grisacea vida de hipoteca va a a cambiar y va conseguir el triunfo, al modo de sus politicos ‘triunfadores’, sus politicos de ‘meritocracia’.
Política del triunfo.
Esperemos que vuelvan tiempos de cordura y cada caradura vuelva a su sitio y sea desnmascarado.
Por favor un poquito de vergüenza y respeto al personal.
