Uno piensa que el escribir un blog o bitácora va a ser un hecho de relieve, que va a ser leído por miles de personas y que les va a interesar lo que hago en cada momento.
Para el 99 % delos casos esto no se cumple. Nuestro blog será leído al comienzo por aquellos amigos a quienes se lo comentamos, pero al poco tiempo desistirán, es muy arduo seguir un diario, que al final es en lo que se convierten.
Otras visitas provendrán de usuarios de buscadores que al introducir un término de búsqueda indican nuestro blog, pero en definitiva lo que el usuario buscaba no tiene nada que ver con lo que nuestro blog ofrece.
En fin, los blogs se siguen porque tocan un tema muy especializado, o porque alguien tiene interés pasajero en lo que publiquemos o que alguien cae allí por casualidad.
Pero, desengañémonos, ese afán de escritor-editor que muchos tenemos, pensando en que escribimos para un amplio público, cuando menos, es un gran espejismo de utopía que guía nuestras manos sobre el teclado.