Aprender día a día de uno mismo, de sus propios errores, sin culpa, como un proceso agradable y sencillo de mejora constante.
Conocerse a uno mismo nunca se termina porque cada vez que nos conocemos cambiamos.
Saber cómo evoluciona uno mismo, cómo somos y como reaccionamos.
Mejorar esos aspectos de forma natural es una forma de ser en si misma.