Alguna mente previsora y con una gran capacidad de organización escolar, decidió por algún motivo bien elaborado, estudiado y consensuado con los diferentes actores implicados, que estaría bien cambiar la convocatoria de exámenes de septiembre al mes de junio.
Como docente que soy tengo la experiencia de que en septiembre no eran muchos los resultados obtenidos y en principio era partidario de hacer algo al respecto.
Vista la organización y modo de llevarlo a cabo por la Consejería de Educación e Investigación de la Comunidad de Madrid, corroboro, por experiencia propia (compañeros profesores, un hijo en 1º de Bachillerato y una hija en 2º ESO en instituto público) que es un DESCOMUNAL DESASTRE.
Lo único que han conseguido es que mis hijos que han aprobado todo, lleven deambulando, como alma vacacional en algarabía, dos semanas y se les va a convertir el curso escolar en tres meses de vacaciones.
Los profesores me corroboran, que no han podido cumplir con el total de los contenidos planificados, con clases de apoyo (normalmente denominadas de recuperación) con escasa asistencia y desorden y rellenado su actividad docente con más informes y ‘papeleo’.
Los equipos directivos, haciendo malabares para manejar una situación inmanejable, poniéndose de perfil para no recibir la bofetadas de los indignados padres y para poder cubrirse las espaldas de que han intentado todo lo posible para que los chic@s acudan al centro.
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Mientras tanto, me imagino que las autoridades educativas están cocinando datos y cifras para mostrar que todo ha sido una maravillosa iniciativa y que el sistema escolar va viento en popa.
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Por favor, a ver si las mentes pensantes de la Consejería, se dedican un poquito más a organizar y planificar adecuadamente las iniciativas que alegremente se les ocurren.
Por favor, contad con la comunidad educativa antes de lanzar al vuelo estas ‘innovadoras’ actividades educativas.
Ya habéis tenido la idea de poner el cascabel al gato, ahora no dejeís la tarea de ponersolo a los centros por su cuenta y riesgo.
