Últimamente vengo detectando que los días no salen todo lo bien que debieran, muchas veces no por uno mismo, sino por el estado de varibilidad del personal.
Se viene detectando un decreciente nivel de estado de humor y de estabilidad emocional constante en un número cada vez mayor de individuos.
Lo que viene a ser que la gente tiene sus días, uno es encantador y otro no hay quien le mire y no es en respuesta al trato recibido, sino por una cuestión interna del susodicho: "que tengo el día jodido, pues me da igual ser un cardo borriquero"
El resquicio adolescente que muchos no saben sobrepasar.
Llegada una edad (pongamos 18) hay que tener un dominio y control emocional aceptable.
Es un mínimo que se debería cumplir para que te den la mayoría de edad.